miércoles, 7 de abril de 2010

para q sirve el mito y la leyenda??


EL MITO Y LA LEYENDA SIRVEN PARA PROYECTAR EL ORIGEN DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS Y POR ENDE EL NUESTRO.
PARA PRESIZAR SUS COSTUMBRES, LEYES PERSONAJES FUNDAMENTALES, EN UN ESPACIO DONDE LA HISTORIA SE FUNDE CON LA IMAGINACION.
ESTO ES LO QUE SE ESTA TRATANDO DE RECUPERAR PORQUE ESTO SE HA PERDIDO CON EL TIEMPO POR LOS COLONOS, LOS TERRATENIENTES LOS MISIONEROS OSCUROS Y LOS TERRATENIENTES, LOS TRAFICANTES OSCUROS Y LOS TRAFICANTES DE LA MUERTE

mito de el padre creador! mito:okainas

El Padre Creador,
sentado en el aire,
averiguaba muchas cosas.



Se sentó y comenzó a crear todas las cosas.
Cerró sus ojos y apareció una bolita negrita,
apareció entre algo que era nada.
Al cerrar los ojos veía una bolita negra.
Abría los ojos y no veía nada.
Cerraba los ojos de nuevo y esa bolita se agrandaba.

Esa bolita es la que tenemos en los ojos,
se agranda y se achica.
Luego de mucho sufrir
esa bolita que él vio vendría a ser su asiento.
(.. .)
Esa bolita vino amaneciendo,
vino apareciendo más y más cerca.
Al rato,
él empezó a hacer fuerza,
a luchar,
imaginando,
estudiando.
Se fue acercando poco a poco.
Él ya casi cogía esa bolita.
Al fin la agarró y en eso él se sentó quieto,
tranquilo.
Asi él comenzó a crear todas las cosas.

Eso que él miró cuando cerró sus ojos,
espiritualmente quedó en su vista

mito del fuego mito: kuiba


Al principio de la civilización, los indígenas no conocían el fuego; comían sus alimentos crudos y no podían evitar el frío en el calor de una hoguera. Muchas veces habían visto como se prendían los árboles con los rayos de las grandes tempestades pero, temerosos del castigo de los dioses, nunca se acercaron a ese fuego.
Un día un joven llamado Namón decidió ir hasta el sol y robarle un poco de su luz.
- Para que puedas cumplir con tu misión, debes estar alerta de las trampas que pone el sol- le dijo el pájaro carpintero.
- ¡Antes que nada, debes llevar dos palitos de Matapán y traerlos encendidos! exclamó el morrocoy.
Una noche, Namón partió a cumplir con su dificil misión. Se despidió de toda la tribu, preparó su arco y sus flechas, empacó sus alimentos y por último guardó muy bien los dos palitos de matapán en una de sus bolsas ... El enmarañado bosque era cada vez más dificil de cruzar y Namón solamente se guiaba por el sonido del río. De pronto, en medio de la selva, escuchó una tenebrosa risa.
- Ja, ja, ja, hasta aquí ha llegado Namón. No permitiré que lleves el fuego a tu tribu.
Namón miró para todas partes y no supo de donde provenía la voz que escuchaba. Pero, fuera lo que fuera, no permitiría que lo detuvieran en su camino. De repente los árboles se fueron uniendo y sus ramas y hojas formaron una inmensa red que lo cercaba lentamente.
Namón se acordó de las palabras del pájaro carpintero, sacó su flecha más gruesa y amarrándole un lazo que tejió rápidamente con finas hojas y fuertes raíces, la disparó hacia el árbol mas alto, subió por la cuerda con una habilidad de tigre y justo cuando llegó a la copa del árbol, la red se cerró fuertemente. Entonces Namón sacó los dos palitos de matapán y bajó lentamente del árbol, porque los palos de matapán le sirvieron de alas. Namón, sorprendido de lo que había hecho, no se dió cuenta de que había caído en territorio de las grandes boas.
Las boas,. sin darle tiempo de reaccionar, lo atraparon. Una de ellas lo agarró por el cuello, tratando de estrangularlo. Namón alcanzó a sacar su afilado cuchillo de piedra y lo clavó en el cuello de la gigantesca boa que se retorció de dolor. AI ver a su compañera muerta, las otras culebras nuevamente se abalanzaron sobre él. Rápidamente sacó sus flechas y las disparó contra un gigantesco árbol, formando una serie de escalones por los que trepó velozmente.
Cuando Namón miró hacia el horizonte, una hermosa llanura dejaba ver el esplendoroso sol, que salía como del fondo de la tierra. Entonces sacó los dos palos de matapán, los expuso a la luz, esperó un buen rato y de pronto una Ilamita apareció súbitamente en uno de los dos palos; Namón sopló y frotó el palito y otra vez apareció la llama. Había logrado robarle un poco de fuego al sol.
De regreso a su aldea, corrió tan rápidamente que ni las boas, ni el bosque enmarañado lo pudieron atrapar. Cuando llegó a su tribu, mostró a todos lo que había conseguido. Desde este día, el frío fue dominado gracias alfuego de Namón

el hombre caiman


El hombre caimán es una leyenda de la costa norte de Colombia. La popularisima canción colombiana "Se va el caimán" de Crescencio Salcedo, también tiene su origen en este relato.
Sí, mi amigo. Esta historia empezó aquí mismo. Y el que es hoy el hombre caimán se sentaba allí, donde está usted ahora dispuesto a tomarse un vaso de ron, un queso y por último, su plato de arroz con coco.
Es una historia de amor, como todas, con la diferencia que el hombre salió mejor librado que cualquiera, a pesar de todas las adversidades. Así que si va a pedir otro trago, hágalo de una vez, que yo aquí empiezo mi relato y no paro hasta el final.
Un hombre, alegre y despreocupado, viajaba continuamente de Pinillos a Magangué vendiendo toda suerte de alimentos y frutas hermosas. A grandes voces y en medio del jugueteo entre él y las gentes de por aquí, el hombre divertía a todos con sus historias absurdas de cómo adquiría los productos, hasta el punto de convencer a los compradores de que lo que se llevaban eran objetos maravillosos. Miraba siempre hacia la orilla opuesta del río y cuando adivinaba la presencia de alguien al otro lado, apuraba su arroz y desaparecía en el agua. ¿Que por qué hacía todo esto? No se desespere, amigo, termine de tomarse su ron y escuche, que este cuento apenas lo empiezo.

la llorona


La llorona convertida en el espíritu vagabundo de una mujer que lleva un niño en el cuadril, hace alusión a su nombre porque vaga llorando por los caminos. Se dice que nunca se le ve la cara y llora de vergüenza y arrepentimiento por lo que hizo a su familia.

martes, 6 de abril de 2010

el hojarasquin del monte


Posee un frondoso cuerpo de árbol, musgoso y entrelazado de bejucos y coronado de flores silvestres. Se entretiene cambiando de lugar en el monte para desorientar y hacer perder a los leñadores y cazadores que se internan en la espesura y que una vez perdidas en la maraña vegetal deben invocar al Hojarasquín para dar con el camino; así se le atribuye también el rescate de los perdidos por auxiliar a estas personas. El Hojarasquín tiene pezuñas como corresponde a su condición de protector de todos los animales ungulados como: venado, danta tatabro, etc. Por eso él mismo deja rastros o huellas de su pezuña pero los coloca en sentido inverso para despistar a los cazadores y proteger así a los animales que él tutela.