miércoles, 19 de mayo de 2010




Cantar de Mio Cid:

Procede de la época mas esplendorosa de la épica castellana.

El poema del Cid es una copia del siglo XIV y según Menéndez Pidal data de 1140, aunque ultimas investigaciones la colocan en el siglo XIII. Sobre el autor sabemos que Per Abbat (quien firma el manuscrito) fue solo un copista colocando al Mio Cid como anónimo, aunque Menéndez Pidal basándose en la toponimia y en los rasgos dialectales afirma que fue escrito por dos juglares: San Esteban de Gormaz y Medinaceli aunque posteriores interpretaciones dicen que solo fue San Esteban quien lo escribió.

El personaje histórico del Cid se aproxima bastante al protagonista del poema. El Cid fue súbdito del rey Sancho IV y al morir paso a ser vasallo de su hermano Alfonso VI quien lo desterró de castilla por una acusación falsa y tras esto batallo y contribuyo a la conquista de Valencia. La relación entre el personaje real y el de ficción clasifica el poema como obra realista, aunque también aparezcan detalles fantásticos.

El esquema métrico es el característico del mester de juglaría con versos de medida irregular, dispuestos con una pausa en el centro y rima asonante. En lo referente a la lengua y estilo del poema destacamos la aparición de la vocal -e, frecuentes cambios de narración a dialogo, sobriedad, claridad, sencillez y fuerza narrativa, uso frecuente de los epítetos épicos, aparición frecuentes de expresiones de acción de gracias, llamadas de atención a auditorio y exclamaciones.

El cantar de Mio Cid presenta una gran unidad argumental estructurada en tres cantares:

Cantar del destierro: El Cid es desterrado por el rey por acusaciones falsas de otros caballeros y tras despedirse de su mujer e hijas es acompañado por sus fieles guerreros en su marcha de su tierra. Mientras avanza va conquistando tierras a los musulmanes y cobrando mayor fama, y cada vez que consigue una victoria le manda parte del botín al rey a esperas de reconciliarse.

Cantar de las bodas: El Cid llega victorioso hasta el Mediterráneo conquistando valencia, y por esto el rey le permite reencontrarse allí con su mujer e hijas reconciliándose finalmente con el rey y gracias a esto las hijas del Cid se casan con los infantes de Carrión.

Cantar de la afrenta de Corpes: tras un nuevo ataque musulmán, los infantes de Carrión se acobardan y los hombres del Cid se mofan de ellos y estos para vengarse vuelven a Carrión con sus esposas y las maltratan y abandonan durante el viaje y al enterarse el rey de esto, hace justicia y los infantes son vencidos en un duelo con los hombres del Cid. Después casa a sus hijas con los infantes de Navarra y Aragón.

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